Ellos fueron parte de la historia de oro del atletismo en la década del '60 y se convirtieron en íconos. Los hermanos Julio y Horacio Ibarreche son palabra autorizada para hablar de este deporte, en el que ingresaron hace más de 60 años.

Ambos son abogados ("yo me recibí a los 21 años, y Horacio a los 25 porque hizo el servicio militar en Infantería", contó Julio), con intenso pasado en el campo político y hoy están dedicados al campo. Pero al deporte lo llevan en la sangre.

Los hermanos, que representaron a Correo y Telecomunicaciones (la sede estaba en el actual complejo Ledesma), después fundaron un club helénico de atletismo.

Hoy, los dos sueñan con que, lo que ellos vivieron sin infraestructura, pueda renacer. "En nuestros tiempos estábamos parejos con los porteños porque el espacio físico donde entrenábamos era similar. Antes del '62, estaba bien dividido lo que era Capital Federal o Buenos Aires, con el interior. Pero a partir de ese año se unificó en la Confederación Argentina", apuntó Julio, entre cuyos logros están el haberse coronado campeón argentino en salto triple en Buenos Aires (1962) y en San Juan (1965). En este último caso hizo doblete con decathlon. Si bien en su caso se retiró a los 32 años, siguió ligado a la actividad como presidente de la Federación Tucumana (del '76 al '84). "De ese tiempo recuerdo haber organizado una competencia en el campo de la entonces Escuela de Educación Física, que reunió entre 8.000 a 10.000 personas", contó.

Horacio, que le siguió los pasos a su hermano, fue campeón argentino de pentatlon el 31 de octubre de 1960 en competencia efectuada en nuestra provincial. "Fui tapa de LA GACETA", recuerda. Y agrega: "fueron tiempos muy lindos. La gente acompañaba y el atletismo unía a todos. Competir siempre fue bueno: hay que estar preparado ciento por ciento, no tener vicios ni llevar una mala alimentación".

Julio rememoró que ambos estuvieron desde 1957 a 1971 sin parar y a un alto nivel. "Nuestra vida giraba en torno al atletismo. Y los mejores recuerdos siguen latentes: por ejemplo, hice amigos, que hoy viven en Europa o en EE.UU. A mi edad lo sigo practicando en el CEF 18, cada dos semanas, aunque a modo de recreación. También vamos a correr tres veces a la semana: hacemos tres o cuatro kilómetros en el parque o en el hipódromo".

Según Horacio, haber hecho esta disciplina le permitió que el estrés no le gané nunca. "Les comentaba deportólogos amigos que, en los tiempos en que corrimos, con los kilómetros que hicimos fue como si hubiéramos dado una vuelta y media al mundo. Ellos se asombraron pero es cierto: nosotros mismos hicimos el cálculo".

Julio no tenía en sus planes este deporte. Pero a los 16 años comenzó su historia. "Comencé por casualidad: iba a nadar a la entonces Eudef y recuerdo un enero con 40° de promedio. Un amigo me preguntó si quería acompañarlo a correr en el mismo lugar. Y me observó Ramón Alberto Delgado, un patriarca del atletismo, y me comentó, al ver mis piernas largas, que sería bueno que fuera a practicar. Largué en los 800 metros y hasta me acuerdo que en mi primera carrera me ganó un tal Arce. Luego me decidí por el salto en largo. Lo de Brasil, por el Sudamericano fue muy bueno: salí tercero y luché con Adalberto Da Silva, el doble campeón olímpico de esos tiempos". Y Horacio añadió: "este deporte siempre fue noble y nos hace personas correctas".

Con respecto al presente, Julio señala que ve con mucha tristeza a la actividad. Y apunta decididamente a que no hay infraestructura. "Los chicos tendrían que hacer esta disciplina de pequeños, pero no hay cómo. Lo principal es tener un lugar físico, contar con entrenadores dedicados a eso. Y que reciban apoyo en todo sentido. La sangre tucumana es muy buena para este deporte, solo hay que ofrecer los materiales. Espero que algún día, como pasó cuando nosotros competíamos, eso se logre".

• "Creo que en casi 100 años de atletismo en la provincia, habría que destacar a casi una docena de personas que lograron varios campeonatos argentinos. Pero son tres los que están un escalón más alto: José Vallejo, en martillo, campeón sudamericano y que participó en Munich '72; Juan Pablo Juárez y mi hermano Julio, campeón argentino en salto, y decathon en San Juan y el primer atleta que forma parte de la selección argentina, en el 59. Eso sucedió en el Sudamericano en San Pablo, Brasil. En salto triple llegó a los finales, y perdió con Adalberto Da Silva, el mejor de la historia de ese país", (Horacio Ibarreche).

• "En la década del '60 éramos los mejores de Argentina; los porteños nos temían. Eramos grandes velocistas y saltadores. Vivimos momentos inolvidables. Nos dedicabamos a eso, pero también a estudiar". (Julio Ibarreche)